Blogia
MARDENUBES

Sistemas alternativos de comunicación

PAUTAS BÁSICAS Y SISTEMAS ALTERNATIOS DE COMUNICACIÓN

El módulo de Pautas básicas y sistemas alternativos de comunicación nos le imparte Carmen García durante siete horas a la semana.

En este módulo combinamos conocimientos teóricos con pautas de ayuda para su aplicación práctica.

Las primeras unidades que estudiamos nos sirven de base para la posterior comprensión de los diferentes Sistemas Aumentativos y Alternativos de Comunicación (SAAC).

No hay duda que para poder valorar la aplicación de los SAAC es fundamental conocer que aspectos comunicativos están desviados de la normalidad, entendiendo el concepto normalidad desde el punto de vista estadístico, es decir, de la mayoría de la población.

Cabe destacar la importancia en el uso de los SAAC no tan solo en el campo de la enseñanza, donde su implantación es positiva, sino también en el sanitario y en el social, y principalmente el dirigido hacia las personas adultas y ancianas, donde todavía queda un camino largo por recorrer, ya que los SAAC, al igual que la rehabilitación del lenguaje en estos usuarios, está poco extendida en nuestro país.

 

Los sordociegos piden atención específica

para sus necesidades

 

ANNA FLOTATS - Barcelona - 08/10/2009

 Forman parte de los componentes de un cajón de sastre llamado plurideficiencia. Tienen dificultades de audición y de visión que, a su vez, derivan en patologías cerebrales. En Cataluña hay 2.800 personas sordociegas (16.000 en toda España) que sufren incomunicación y la desconexión total de lo que sucede a su alrededor. Pero estas cifras son aproximadas. Se basan en los cálculos de las autoridades sanitarias británicas, que fijan que hay un mínimo de 40 afectados por cada 100.000 personas. La Federación Española de Sordoceguera (Fesoce) reclama un censo de personas sordociegas para poder atender sus necesidades específicas.

Con el objetivo de facilitar el diagnóstico y no engrosar ese cajón de sastre, la federación presentó ayer un manual dirigido a los servicios sociales, sanitarios y educativos para que sepan detectar la discapacidad a tiempo. "Los sordociegos son invisibles, muchos de ellos están mal identificados y, debido a ello, mal atendidos", advierte Ricard López, autor de la guía y presidente de la Fesoce y de la Asociación Catalana pro Personas Sordociegas. Este colectivo es pionero en formar a mediadores, profesión que no existe oficialmente en España y que consiste en ser el nexo entre la persona con sordoceguera y el mundo.

Este objetivo sólo se logra si la atención es personalizada y si, además de emplear sistemas de comunicación alternativos al lenguaje oral, el mediador fomenta la motivación y las relaciones sociales del sordociego.Con los que no pueden ver ni oír

Vicente Franco Gil trabaja en una Asociación sin ánimo de lucro ubicada en Aragón (España) dedicada a la asistencia de personas sordociegas. En ella también prestan atención a sus familias, y a los profesionales que les cuidan -sus verdaderas manos y oídos-. Este es su testimonio.

25 de octubre de 2006

Los sordociegos son aquellas personas que no pueden emplear ni la vista ni el oído. Las entradas comunicativas de estas personas se reducen a los signos que introducen otras manos sobre las propias. Su mundo empieza y acaba en las yemas de sus dedos y en su piel.

Es un gran sufrimiento para los padres comprobar cómo, de repente, su hijo no juega, no aprende a caminar, no se yergue, no responde a los diferentes tonos de luz ni de sonido… El mundo de la sordoceguera, desconocido y traumático, deja al ser humano incapacitado con una crueldad para nosotros incomprensible. Las personas obtenemos un 97% de la información a través de la vista y el oído; el 3% restante se consigue por el tacto. Invirtiendo las cifras, obtenemos una idea clara de cómo es la vida cotidiana de un sordociego y la de su familia.

La primera vez que conocí a un sordociego adolescente, apenas me rozó con su mano, y sin saber siquiera quién era yo, se arrojó a mi cuello abrazándome fuertemente, su única posibilidad de mostrar alegría y cariño. Entonces fue cuando de verdad le escuché. Oí que me decía: “Ayúdame, que en soledad no puedo vivir, dile a la sociedad que existo, que no me abandonen, que tengo mis derechos, que puedo sentir, que puedo vibrar, que puedo compartir, que mi alma, aunque me pesa, rebosa de esperanza, que estoy aquí...”.